FIEBRE AMARILLA
ALGUNAS REFLEXIONES DE Juan Yahdjian*
Eldorado-Misiones, marzo de 2008.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral. Se caracteriza, además de la fiebre elevada, de dolores musculares y de cabeza, con una coloración amarilla de las conjuntivas (el blanco de los ojos), por la ictericia que produce, al atacar al hígado.
Puede producir vómitos, a veces oscuros, por alguna hemorragia en el tubo digestivo, por lo mismo se aconseja no tomar aspirinas, que facilitaría el mismo.
Esta enfermedad, como tantas otras, dependen de las defensas disminuidas y ni tanto a la ocasión de contagio.
Con los cuidados elementales, como el caso de la gripe, sobre todo el reposo, el cuadro se mejora a la semana o diez días. Puede llegar a ser mortal, como otras virosis, que no llevan cuidados, ni reposo y cuando la persona enferma tiene muy bajas sus defensas.
Creemos que la vacunación es un negocio (negociado?) más, a que nos tienen acostumbrados. Lo ideal sería de vacunar a la población en riesgo y no en forma masiva, como ocurre hoy en Misiones.
Se transmite por el mosquito, que previamente picó a un infectado. Claro que la culpa no la tiene el mosquito, sino las condiciones que permiten su cría.
El mosquito se cría en aguas estancadas- represadas. No se cría en aguas que corren, que fluyen, como en arroyos y ríos normales.
El agua que fluye se va purificando, sanando. El agua estancada se enferma y nos enferma a todos. El aumento de la cota de Yaciretá coincidió con la leshmaniasis en todos los perros de Posadas, y también en algún humano.
Si se hace Corpus el río se transformará en una gran cloaca, desde Yacyretá hasta Iguazú. A los misioneros nos tocará la peor parte y ninguna ventaja. Cuando se hizo Yasyretá la excusa era que en Misiones, tendremos mucha energía y muy barata. Alguno vio algo parecido?
Las defensas bajan. Toda la naturaleza sufre la agresión, incluidos nosotros. El ejemplo del joven que enfermó de fiebre amarilla en Misiones, es muy gráfico. Estaba trabajando en la zona de Aguas Blancas, donde se concentra la basura de la mitad de la Provincia, donde se concentra la contaminación.
Pero además, Misiones es campeona en el uso de venenos, como es el caso del glifosato (Raundaup). Pero además, los monocultivos de pino exótico, requiere del uso de otros venenos. La naturaleza se defiende cuando la agredemos. Y nos envía plagas, para transformar los cultivos que no nos convienen. Y nosotros respondemos con más venenos, en cambio de agradecer.
La contaminación del agua, el aire, los suelos, plantas y animales, termina en nosotros. Somos los "consumidores finales" de todos ellos, y a nosotros no nos consume nadie. Los venenos se acumulan, porque nuestro metabolismo no permite su transformación y eliminación. Bajan nuestras defensas y son causa de enfermedades.
Y los pobres, los mal alimentados, los más agredidos por éste modelo productivo, son los de riesgo. Si queremos luchar contra la fiebre amarilla, la mejor única forma de prevenirla, es cambiar el modelo, es cambiar la política actual. Y en cambio de producir según la necesidad de otros países, producir nuestros alimentos sanamente.
Porque podremos evitar la enfermedad, con vacunación etc., pero nos enfermaremos de leshmaniasis, de dengue, de paludismo o de otras plagas, mientras sigamos maltratando los ríos y el ambiente.
LA PROPUESTA ES MEJORAR LAS DEFENSAS, MEJORANDO NUESTRAS VIDAS.
* Juan Yahdjian, médico, miembro de JUPIC (Justicia y Paz e Integración de la Creación) del Espacio Ecuménico, de la RAOM (Red de Agricultura Orgánica de Misiones), integrante del MSM (Movimiento Social Misionero)y del MOSIP (Movimiento por la Solidadaridad e Integración de los Pueblos).
Palo Rosa 3677, Km 12, (3380) Eldorado, Misiones, Argentina. Tel. 03751-420541. pipuchachan@yahoo.com.ar y chachan@arnet.com.ar
ALGUNAS REFLEXIONES DE Juan Yahdjian*
Eldorado-Misiones, marzo de 2008.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral. Se caracteriza, además de la fiebre elevada, de dolores musculares y de cabeza, con una coloración amarilla de las conjuntivas (el blanco de los ojos), por la ictericia que produce, al atacar al hígado.
Puede producir vómitos, a veces oscuros, por alguna hemorragia en el tubo digestivo, por lo mismo se aconseja no tomar aspirinas, que facilitaría el mismo.
Esta enfermedad, como tantas otras, dependen de las defensas disminuidas y ni tanto a la ocasión de contagio.
Con los cuidados elementales, como el caso de la gripe, sobre todo el reposo, el cuadro se mejora a la semana o diez días. Puede llegar a ser mortal, como otras virosis, que no llevan cuidados, ni reposo y cuando la persona enferma tiene muy bajas sus defensas.
Creemos que la vacunación es un negocio (negociado?) más, a que nos tienen acostumbrados. Lo ideal sería de vacunar a la población en riesgo y no en forma masiva, como ocurre hoy en Misiones.
Se transmite por el mosquito, que previamente picó a un infectado. Claro que la culpa no la tiene el mosquito, sino las condiciones que permiten su cría.
El mosquito se cría en aguas estancadas- represadas. No se cría en aguas que corren, que fluyen, como en arroyos y ríos normales.
El agua que fluye se va purificando, sanando. El agua estancada se enferma y nos enferma a todos. El aumento de la cota de Yaciretá coincidió con la leshmaniasis en todos los perros de Posadas, y también en algún humano.
Si se hace Corpus el río se transformará en una gran cloaca, desde Yacyretá hasta Iguazú. A los misioneros nos tocará la peor parte y ninguna ventaja. Cuando se hizo Yasyretá la excusa era que en Misiones, tendremos mucha energía y muy barata. Alguno vio algo parecido?
Las defensas bajan. Toda la naturaleza sufre la agresión, incluidos nosotros. El ejemplo del joven que enfermó de fiebre amarilla en Misiones, es muy gráfico. Estaba trabajando en la zona de Aguas Blancas, donde se concentra la basura de la mitad de la Provincia, donde se concentra la contaminación.
Pero además, Misiones es campeona en el uso de venenos, como es el caso del glifosato (Raundaup). Pero además, los monocultivos de pino exótico, requiere del uso de otros venenos. La naturaleza se defiende cuando la agredemos. Y nos envía plagas, para transformar los cultivos que no nos convienen. Y nosotros respondemos con más venenos, en cambio de agradecer.
La contaminación del agua, el aire, los suelos, plantas y animales, termina en nosotros. Somos los "consumidores finales" de todos ellos, y a nosotros no nos consume nadie. Los venenos se acumulan, porque nuestro metabolismo no permite su transformación y eliminación. Bajan nuestras defensas y son causa de enfermedades.
Y los pobres, los mal alimentados, los más agredidos por éste modelo productivo, son los de riesgo. Si queremos luchar contra la fiebre amarilla, la mejor única forma de prevenirla, es cambiar el modelo, es cambiar la política actual. Y en cambio de producir según la necesidad de otros países, producir nuestros alimentos sanamente.
Porque podremos evitar la enfermedad, con vacunación etc., pero nos enfermaremos de leshmaniasis, de dengue, de paludismo o de otras plagas, mientras sigamos maltratando los ríos y el ambiente.
LA PROPUESTA ES MEJORAR LAS DEFENSAS, MEJORANDO NUESTRAS VIDAS.
* Juan Yahdjian, médico, miembro de JUPIC (Justicia y Paz e Integración de la Creación) del Espacio Ecuménico, de la RAOM (Red de Agricultura Orgánica de Misiones), integrante del MSM (Movimiento Social Misionero)y del MOSIP (Movimiento por la Solidadaridad e Integración de los Pueblos).
Palo Rosa 3677, Km 12, (3380) Eldorado, Misiones, Argentina. Tel. 03751-420541. pipuchachan@yahoo.com.ar y chachan@arnet.com.ar
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